
Colaboración de Craving English
– A pesar de los esfuerzos gubernamentales para fortalecer la enseñanza del inglés en todos los niveles, el dominio de este idioma sigue como un desafío para muchos panameños.
– Según el EF English Proficiency Index 2024, Panamá obtuvo una puntuación de 488, lo que ubica al país en la categoría de “bajo dominio del inglés” y en la posición 72 de 113 países evaluados.
– Esto refleja una brecha importante entre las aspiraciones nacionales y las habilidades lingüísticas reales, especialmente en sectores como turismo, logística y servicios globales donde el inglés es fundamental.
– Con el 2026 a la vuelta de la esquina, muchos profesionales, estudiantes y emprendedores guatemaltecos se están planteando mejorar su nivel del idioma por razones laborales, académicas y personales.
– Frente a esta realidad, Adriana Castro, fundadora de Craving English, sostuvo que la clave no está en el talento natural, sino en la estrategia.
– “Todas las personas son capaces de aprender un segundo idioma si cambian su enfoque. No se trata de perfección, sino de constancia y sentido.”, afirmó.
– La emprendedora, que ha trabajado con estudiantes en toda Centroamérica, añadió: “Acá se vuelve clave tener una motivación personal clara. Sin ella, es fácil abandonar. Pero con pequeños hábitos, el progreso se vuelve inevitable”.
– Desde su experiencia liderando Craving English, una comunidad educativa que promueve el aprendizaje del inglés desde la motivación personal y la práctica cotidiana, Castro compartió una guía práctica con 10 hábitos clave para avanzar de forma sostenida en el aprendizaje del idioma en 2026:
1.- Conecte con su “por qué” y su “para qué”. Antes de estudiar más, pregúntese por qué quiere aprender inglés. Un propósito claro, como optar por un ascenso o poder viajar con seguridad, le dará enfoque y lo mantendrá constante, incluso cuando la motivación baje.
2.- Establezca metas medibles y realistas. En lugar de proponerse “dominar el inglés”, comprométase con metas alcanzables como “30 minutos diarios durante tres meses” o “avanzar un subnivel por trimestre”. El progreso pequeño, pero constante es más efectivo que una meta lejana y abrumadora.
3.- Haga un inventario de sus herramientas. Revise qué recursos tiene a su alcance: series, videos, clases, podcasts, libros, música, journaling. Tenga esa lista visible y úsela para planificar su semana con variedad y motivación.
4.- Practique inmersión diaria con intención. No necesita estudiar horas. Diez minutos al día con intención, grabarse hablando, aprender una frase, hacer un mini-reto, generan más avance que una sesión larga esporádica. Lo importante es la constancia y el enfoque.
5.- Tenga un “momento valiente” cada semana. Expóngase al idioma en situaciones que le reten un poco: hablar con alguien, quitar subtítulos, escribir un mensaje. Estos pequeños pasos fortalecen su confianza y reducen el miedo a equivocarse.
6.- Integre el inglés en su rutina diaria. Aproveche momentos como manejar, cocinar o caminar para escuchar contenido en inglés. Así el idioma se convierte en parte de su vida cotidiana, no solo en una tarea académica.
7.- Cree un calendario flexible (y active alarmas). Agende su práctica diaria de inglés entre 15 y 30 minutos. No importa si un día lo hace en la mañana y otro en la noche. Use alarmas y un calendario visual para mantenerse organizado y motivado.
8.- Revise y ajuste su calendario semanalmente. Cada semana, evalúe lo que funcionó y lo que no. Si una meta le resultó pesada, ajústela. Lo importante es mantener el ritmo sin agotarse. Esta autoevaluación refuerza su compromiso y claridad de progreso.
9.- Cree listas de vocabulario y un día de repaso. Divida el vocabulario en dos listas: palabras que entiende, pero no usa, y palabras que no conoce. Revise ambas una vez por semana, practique su pronunciación y úselas en frases.
10.- Escriba un journaling (diario) semanal en inglés. Dedique unos minutos cada semana para escribir en inglés sobre su día, sus logros o lo que aprendió. Este ejercicio mejora su escritura, consolida vocabulario nuevo y fortalece su conexión personal con el idioma.
– Para Adriana Castro, más que una habilidad académica, el inglés es una herramienta de libertad y crecimiento.
– “Hablar inglés no es solo para gente con acceso a clases caras, es un derecho de quienes quieren comunicarse con el mundo y abrirse oportunidades. Si usted tiene un motivo claro y lo convierte en hábito diario, el idioma deja de ser una barrera y se vuelve parte de su identidad”, concluyó Castro.
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