Los escriben bien, pero los pronuncian mal

El autor del artículo, es periodista, profesor de español, corrector de estilo y escritor. (Foto, archivo de la Revista LEA).

Por Robert K. Fernández

– La Academia Sueca ha insistido en que el nombre Nobel no se pronuncia Nóbel porque es una palabra aguda, cuya sílaba tónica es la última No-bél. Ahora que sale a colación el nombre Nobel con ocasión de las entregas de los premios, hemos estado escuchando con insistencia la pronunciación Nó-bel de parte de los presentadores de radio y televisión.

– La Academia sueca ha advertido siempre en informaciones enviadas a medios de comunicación mundiales, sobre cuál es la verdadera pronunciación del apellido. Pero, como siempre, a los responsables de la redacción las noticias no les importa.

– Así como irrespetan los dictados de los suecos, asimismo los medios de comunicación panameños replican esa actitud con su propia lengua, a la cual han sumido en la más desesperante inactividad con sus propias normas y giros lingüísticos desesperantes.

– Por otro lado, hay nombres que escriben mal, pero que pronuncian bien, entre ellos, Ortíz y Ruíz, los cuales también son palabras agudas y que no se escriben con tilde porque terminan en zeta.

– Sin embargo, algunos agraciados con ese nombre se creen dueños de él y lo escriben y pronuncian como quieran. Una alumna se ofendía porque el profesor le corregía su nombre y ella decía que se escribía con tilde en la última sílaba. Además, según ella, en el Registro Civil lo inscribieron así, con tilde.

– Bueno, esta institución debe contar con personal idóneo para evitar que se sigan cometiendo estos errores. Por allí hay muchos nombres mal escritos que se han perpetuado gracias al Registro Civil. Se le preguntó a la estudiante sobre la pronunciación del nombre y contestó que Ruiz. En todo caso debería ser Ru-íz porque al llevar tilde se produce un hiato. Sin embargo, no aceptó la explicación 

– Es inexplicable la actitud de muchos hablantes del español que prefieren tratar su propio idioma como si fuera cualquier cosa.  Como ejemplo, tenemos la Alcaldía de Panamá que irrespetó el idioma nacional al denominar el desfile de Navidad como “City of Stars”, ya que no había correspondiente en español. “Ciudad de estrellas” no parecía apropiado en español.

– En Panamá existe la tendencia de usar términos ingleses para nombrar cualquier expresión nueva o vieja. En estos días escuchaba el diálogo de dos muchachas en un almacén de la localidad. Hablaban de una man, y no de una guial, (término muy usado), porque le sonaba mejor man que guial.

– Las dos son horribles para los cultores del idioma español, porque en este idioma existen los correspondientes términos para situaciones normales. Solo cuando no existen en este idioma, se aceptan los anglicismos.

– Con las nuevas tecnologías han surgido nuevos términos en inglés que han sido aceptados por todos sin rechistar. Pero de allí a inventar unos nuevos, sin justificación, no deberían ser aceptados en español.

– Más de seiscientos millones de personas que hablan, sienten y piensan en español son responsables de engrandecer y enriquecer este idioma para conservarlo y legarlo a nuestros descendientes.

– Los panameños contamos con la Academia Panameña de la Lengua Española cuya labor no se ve reflejada en la regulación del español en el país.

– Asimismo, los medios de comunicación, los políticos, los empresarios, los funcionarios y las entidades económicas, culturales y académicas deben defender la lengua española, que es un idioma del presente y del futuro y cuyos más de seiscientos millones de hablantes deben procurar que mantenga las bases como herramienta global y para los hablantes venideros.

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