
Por Robert K. Fernández
– ¿Qué se entiende por cabezas huecas? Son personas faltas de inteligencia, tontas, escasas de entendimiento, que no legislan, pero tienen cargos importantes en engranajes gubernamentales o privados:
– «Ves a gente con muy buenas calificaciones que luego son muy malos líderes. Son buenos técnicos sin sentido común ni ética. Llegan a ser presidentes o vicepresidentes de empresas y sociedades y son completamente incompetentes».
– Así lo expresa Robert Sternberg, de la Universidad de Cornell, quien sostiene que el sistema educativo no está diseñado para enseñarles a pensar de una forma útil para el resto de la vida.
– ¿Cuántos de los funcionarios panameños actuales podrían ser cabezas huecas? Empecemos por los encargados de dotar a la población de agua potable. Durante muchas décadas, quizás mucho más, poblaciones de la capital y del interior de la República han estado clamando por el vital líquido para tener una vida sana como todo panameño.
– Sin embargo, a quienes se les paga miles de dólares para pensar en soluciones apropiadas para resolver el problema, prefieren hacerse los cabezas huecas durante los cinco años de Gobierno. Solo les mienten incesantemente a los quejosos durante los cinco años que pasan gozando de salarios jugosos y no les importa con el destino de sus conciudadanos.
– Por otro lado, vayamos ahora a los amos de la Caja del Seguro Social, que no sustentan ni un poco los pagos que reciben todas las quincenas por formar parte de las direcciones de esta institución de salud.
– A estos no se les ha ocurrido planificar bien la distribución de los medicamentos en el país. ¿Cómo se les ocurre decirles a los usuarios de una ULAP que deben ir a una policlínica a buscar equis medicamento porque allí no lo entregan? O que en una policlínica no dispensan unos medicamentos, sino que deben ir a buscarlo a otras para ver si allí tienen suerte y los consiguen.
– Todas las dependencias del Seguro deben contar con los medicamentos que requieren los pacientes. No es cierto que los que se atienden en una policlínica sufren de males que no se dan en otros sectores del país.
– Durante años, han tenido a la población enferma deambulando de un lugar a otro como nómadas que buscan medicamentos en un desierto árido o como pescadores que se cambian de lugar para ver si pueden capturar un pez que satisfaga su hambre.
– Pero también se debe poner especial atención en la concesión de los cupos. Esta es otra de las excusas centenarias que la Caja de Seguro Social emplea para castigar a los cuentahabientes de esa institución de salud.
– No hay un día en que los usuarios no se quejen de la mala atención en el servicio de citas médicas. Los que trabajan en esa institución no pasan problema en este sentido y, por eso, no les interesa con la suerte de los demás.
– Otra aflicción que sufren los asegurados es la falta de medicamentos. ¿Hasta cuándo tendrán que seguir sufriendo por esa desidia? Todos los años se aprueban millones de dólares para la compra de medicamentos, pero nunca se adquieren los necesarios para satisfacer las necesidades de los asegurados.
– Pero también es necesario hacer énfasis en la construcción, mantenimiento y reparación de carreteras, sobre todo de las vías de producción. Durante años, los productores del interior del país han tenido que sufrir para poner sus productos a disposición de los consumidores. Pero es más importante destinar los fondos a carreteras que, al final, no significan beneficios para nadie.
– Pareciera que Panamá está destinada a mantener las peores calles y carreteras del mundo llenas de baches por doquier. Son una belleza destinada a recibir a los millones de turistas de todas partes del mundo que visitan el país todos los años.
– Y tampoco hay que olvidar a los cabezas huecas que mantienen el país sumido en la basura, problema que afecta a casi todo la comunidad nacional. ¿Por qué no han podido resolver este problema? A lo mejor están esperando que un experto japonés venga al país y ponga fin a este mal eterno.
– También es importante que los cabezas huecas encargados de brindarles a los consumidores alimentos baratos, como en las tiendas del IMA, hagan un esfuerzo mayor para evitar que los panameños, sobre todo los más necesitados, tengan que madrugar y formar largas filas para obtener esos productos. ¿Es tan difícil programar una venta de alimentos con filas adecuadas para darles un trato humano a los usuarios?
– Al final, se les debe exigir a los cabezas huecas que dejen de serlo y pongan todo su empeño en resolver los problemas que enfrentan a diario y justifiquen los gruesos salarios que ganan por no realizar sus funciones adecuadamente.
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