
Colaboración del CNC
– En esta edición compartimos el Boletín Competitividad Al Día, #473, del 11 de julio de 2025, del Centro Nacional de Competitividad (CNC), denominado “Oportunidades en contraste: Crecimiento económico y retos laborales”.
– “Panamá ha experimentado una desaceleración económica significativa, acompañada de un alza en el desempleo, niveles récord de informalidad y una escasa creación de empleo formal de calidad.
– Estos desequilibrios reflejan barreras estructurales profundas que obstaculizan un desarrollo verdaderamente sostenible e inclusivo.
– Es importante señalar de manera muy breve, la evolución de la economía panameña entre 2018 y 2024, donde se ilustra con claridad tanto la magnitud de la economía como su ritmo de expansión anual.
– Tras crecer un 5.6 % en 2018 y 3.1 % en 2019, el país sufrió en 2020 un desplome histórico del 17.8 %, por el impacto de la pandemia y las restricciones sanitarias. En 2021 se produjo un rebote extraordinario del 16.5 %, impulsado por la reapertura económica, los paquetes de apoyo fiscal y el dinamismo de algunos sectores.
– Durante 2022 y 2023, la variación porcentual del crecimiento de la economía panameña refleja tasas del 5.0 % y 7.4 % respectivamente. Este período refleja la consolidación de la recuperación, sustentada en la reactivación de la inversión privada, el incremento de la demanda interna y la aportación constante de los ingresos por paso del Canal de Panamá.
– Sin embargo, para 2024, la tasa de crecimiento se moderó a un 2.9 %, aunque el PIB alcanzó su nivel máximo de la serie con B/. 81,289 millones.
– Esta desaceleración se le puede atribuir a los shocks coyunturales como la suspensión temporal de la mina de cobre que aportaba cerca del 5% al PIB y las restricciones hídricas en el Canal que afectaron el tránsito de mercancías y, por ende, los ingresos por peajes y a las actividades conexas de la industria marítima y logística.
– Además, la normalización de la demanda tras el rebote postpandemia y un entorno global de tasas de interés más altas contribuyeron a frenar el dinamismo económico.
– Por otro lado, en el primer trimestre de 2025 se registró un crecimiento del 5.2 %, en contraste con el 1.8 % del mismo periodo de 2024.
– Dicho crecimiento fue impulsado principalmente por sectores como el transporte (26.2%), especialmente el Canal de Panamá (ingresos por peajes aumentaron 43.6%) y la actividad portuaria, el comercio, la intermediación financiera, y la construcción, que creció un 1.8%.
– En construcción, el crecimiento estuvo apoyado en un aumento en obras públicas, incluyendo proyectos como la Línea 3 del Metro y el cuarto puente sobre el Canal, además de varios proyectos viales a nivel nacional.
– El dinamismo económico que se dio en la construcción, servicios, sector transporte, el Canal y la inversión en infraestructura, eleva la demanda agregada y genera efectos multiplicadores en la economía, es decir, se vislumbra un buen pronóstico en materia económica.
– No obstante, esta aceleración aún no se ha traducido plenamente en mejoras laborales, ya que la informalidad y el desempleo siguen siendo elevados, con retos persistentes como los asociados al mercado laboral.
– En esa materia, el desempleo posterior a la crisis del Covid, mostró una tendencia descendente, ubicándose en 7.4% en el 2023, pero en el 2024 la tasa aumentó hasta 9.5%, señalando que la recuperación económica aún es frágil y vulnerable. El aumento de 2.1 puntos porcentuales (pp) se traduce en 46,984 personas desempleadas.
– Por el lado de la ocupación, la generación de empleo después de la crisis reflejó una recuperación positiva (2021-2023), aunque en 2024 se observa una contracción de -0.7% (-14,454 ocupados), lo que indica un estancamiento en la creación de nuevos empleos formales.
– Este fenómeno puede estar relacionado con la desaceleración económica, la necesidad de diversificar la economía panameña, y la persistencia de obstáculos estructurales.

– Por su parte, la informalidad es otro de los grandes desafíos del país. En 2020, la informalidad alcanzó su punto más alto (52.8%), reflejando el traslado de trabajadores hacia empleos precarios o informales (esto es, sin protección social ni garantías laborales).
– En los periodos subsecuentes, se mantiene oscilante ubicándose en 49.3% en 2024, es decir, casi la mitad de la fuerza laboral panameña está en la informalidad.
– Ello equivale a 771,603 personas informales dentro del mercado laboral, lo que limita el acceso a seguridad social y reduce la base contributiva del Estado.
– La teoría económica establece que un mayor crecimiento impulsa la creación de empleo formal y, por tanto, reduce desempleo e informalidad al transferir trabajadores de actividades precarias a sectores más productivos.
– Este proceso de transformación estructural (formalidad) mejora las condiciones laborales y eleva la productividad. Cuando, pese al crecimiento, el desempleo y la informalidad persisten, puede ser señal de la presencia de “cuellos de botella” (deficiencias en la educación, desconexión entre la oferta de formación y las necesidades del mercado laboral).
– La presencia de dichos “cuellos de botellas” son apoyados por los resultados de un estudio realizado por la CCIAP (Panamá Cuéntame), donde indica que solo el 24% de los ciudadanos considera que es fácil encontrar trabajo en Panamá y apenas el 12% de los empresarios cree que es sencillo contratar personal calificado.
– También, en el 2024, Panamá enfrentó una combinación de factores macroeconómicos que afectaron su situación socioeconómica. La relación deuda/PIB aumentó significativamente (62.3%), el déficit fiscal fue elevado y alcanzó 7.4%, la inflación se ha mantenido en niveles bajos y controlados, y la pobreza mostro un ligero aumento.
– Cada indicador analizado revela una faceta distinta de los desafíos estructurales: consolidar la recuperación del empleo, reducir la informalidad y mejorar la calidad del trabajo generado.
– Para lograrlo, es imprescindible avanzar en la modernización del sistema educativo y de formación técnica, de modo que respondan efectivamente a las demandas del mercado laboral actual y futuro.
– Asimismo, la diversificación económica se presenta como una estrategia clave para fortalecer sectores emergentes y reducir la dependencia de actividades tradicionales, impulsando así un crecimiento más sostenible y resiliente.
– Finalmente, es fundamental fortalecer las políticas públicas, especialmente aquellas orientadas a la formalización del empleo, la protección social y la promoción de inversiones que generen empleos de calidad.
– Solo a través de un enfoque integral y coordinado será posible superar los retos socioeconómicos y construir un Panamá más inclusivo y competitivo.
Deja un comentario