
Por Robert K. Fernández, periodista, profesor de español, corrector de estilo y escritor
– Desde hace tiempo se ha manifestado que muchos de los libros escritos para la enseñanza de la lectura en el sector público de la educación, contienen errores ortográficos y sintácticos que interfieren en la comprensión y aprovechamiento de los estudiantes.
– Que los libros de lectura asignados por el Ministerio de Educación (Meduca) estén plagados de errores ortográficos y sintácticos, es un mal que data de muchos años en la educación panameña.
– Se ha dicho en reiteradas ocaciones que los escritores no son inmunes a las faltas de ortografía ni a los errores de sintaxis. Ni pueden responsabilizar al corrector automático de la computadora de las correcciones de los textos, puesto que el programa no es un ser humano que puede decidir cuándo en un contexto determinado es posible usar una palabra homófona, por ejemplo: echo(verbo echar) ohecho(verbo hacer); abría (verbo abrir) y o habría (verbo haber) y otras más.
– Los estudiantes merecen una mejor calidad de educación desde la niñez y el aprendizaje de la lectura debe circunscribirse a ofrecerles textos bien escritos siguiendo las normas ortográfica y sintácticas del español.
– Todos los esfuerzos de los encargados de producir textos, literarios o de asignaturas, deben prestar especial atención a las normas de redacción, ortográficas y sintácticas para que el producto final sea adecuado al aprendizaje de los profesionales panameños del fururo.
– ¿Cómo se puede lograr mejores textos si no se siguen los requerimientos para obtener un buen producto final?
– En primer lugar, el Meduca debe contratar a correctores de estilo o a profesores especialistas en revisión de textos para eliminar los errores ortográficos y sintácticos que tanto afean la enseñanza del español como lengua materna.
– En segundo lugar, el personal adscrito a la tarea debe revisar los textos de los autores panameños y extranjeros para eliminar de ellos las faltas, sobre todo de los gerundios mal empleados, porque son la génesis de este mal, sobre todo el de posterioridad, en el país.
– En tercer lugar, el Meduca debe nombrar a muchos de los egresados de la carrera de Corrección de Estilo de la Universidad de Panamá. Se necesitan urgentemente en todos los ámbitos educativos y profesionales del país donde se produzcan libros destinados al aprendizaje de la lectura y también de todas las asignaturas.
– Pero la responsabilidad de brindarle textos adecuados a la niñez no solo recae en el Meduca, sino en todos los maestros y profesores de todos los niveles educativos, que muchas veces permiten a los estudiantes leer unos libros plagados de incongruencias gramaticales.
– Es importante anotar que solo mediante una lectura eficaz y comprensiva los estudiantes podrán apropiarse de los contenidos que todos los días enfrentan como actores principales del proceso de enseñanza-aprendizaje.
– Instamos al Meduca a poner todo el empeño profesional y patriótico en la educación de todos los panameños, que se lo merecen.
– Nunca debe dejarse al libre albedrío la producción de textos escolares, porque la ortografía, por ejemplo, se fija mejor mediante la lectura constante. La computadora no sabe pensar y por eso es conveniente que se relean los escritos para encontrar las faltas y corregirlas.
– También es imperativo que los lectores, de cualquier edad, practiquen una constante lectura de las obras para fijar las normas a través de la memoria fotográfica. Ni más ni menos, solo la práctica llevará al fin deseado.
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