Fósil de lagarto acorazado, nombrado en honor a personaje de Tolkien

Reconstrucción artística de Bolg amondol, asaltando un nido de dinosaurio oviraptorosaurio en medio del exuberante hábitat de la Formación Kaiparowits. (Foto, Cullen Townsend).

Colaboración del  Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales

– Una nueva especie de lagarto acorazado, nombrado Bolg amondol en honor al líder Orco del mundo creado por el escritor J. R. R. Tolkien, ha sido identificada en una publicación colaborativa en Royal Society Open Science liderada por el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles.

– Este lagarto del tamaño de un mapache, vivió durante el Cretácico Tardío en el Monumento Nacional Grand Staircase-Escalante, en el sur de Utah.

– Descubierto en los archivos fósiles del Museo de Historia Natural de Utah, Bolg pertenece a una antigua línea evolutiva emparentada con los actuales monstruos de Gila.

– El investigador principal, Dr. Hank Woolley, reconoció la importancia científica de su esqueleto fragmentario, que incluye parte del cráneo, vértebras, extremidades y placas óseas llamadas osteodermos.

– Aunque incompletos, los restos provienen de un solo individuo y ofrecen una visión rara de la diversidad de grandes lagartos en esa época.

– Woolley creó el nombre de la especie usando la lengua élfica de Tolkien: “Amon” (montículo) y “dol” (cabeza), en referencia a la armadura craneal que presenta Bolg.

– Con cráneo robusto y dientes en forma de espina, Bolg habría sido un animal imponente, de casi un metro de longitud—similar en tamaño a un varano sabanero moderno.

– Este hallazgo ofrece pistas sobre el papel ecológico de estos grandes lagartos en ecosistemas dominados por dinosaurios, posiblemente como depredadores de huevos o animales pequeños.

– Fósiles de la antigua selva tropical del sur de Utah revelan, al menos, tres tipos de grandes lagartos depredadores conviviendo con los dinosaurios.

– El coautor, Dr. Randy Irmis, destaca el valor de las colecciones paleontológicas, mientras que el Dr. Joe Sertich, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y la Universidad Estatal de Colorado, señala que, a pesar de su rareza, Bolg sugiere que estos lagartos eran más comunes de lo pensado.

– Sorprendentemente, el pariente más cercano de Bolg se halló en el desierto de Gobi, en Asia, lo que sugiere que, incluso, animales pequeños cruzaron entre continentes conectados durante el Cretácico.

– Las rocas donde Bolg fue hallado han producido muchas especies nuevas en las últimas décadas.

– Este descubrimiento subraya la importancia de preservar las tierras públicas en el oeste de EE.UU., que aún guardan tesoros paleontológicos esperando ser descubiertos y que enriquecen nuestra comprensión del pasado de la Tierra.

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