“El sindicalismo es consecuencia de la revolución industrial”, Rubén M. Castillo Gill

Cobertura de la Revista LEA

– Anoche, 28 de mayo de 2025, la Fundación Libertad Panamá realizó su FreedomHour (Hora de la Libertad) del mes de mayo, a la cual fue invitado como expositor, el Lic. Rubén Martín Castillo Gill, experto en derecho laboral.

– Castillo Gill ha sido presidente de la APEDE, CoNEP, CICyP, FUDESPA y reconocido referente sobre diferentes temas de la realidad nacional e internacional.

– El tema de conversación con miembros de la Fundación Libertad Panamá, organización presidida por el empresario Surse Pierpoint, se tituló: ¿Qué significa lo que está pasando para los sindicatos y las conquistas laborales?

– Una materia de mucha importancia para el presente y el futuro del país, que requiere de la docencia de un verdadero conocedor, consumió cerca de una hora.  Por ello, la Revista LEA realizará varias entregas a partir de hoy.

– A continuación, la primera entrega de los conocimientos y experiencias compartidas por el abogado Rubén Martín Castillo Gill:

– “Voy a dividir esta presentación en dos partes básicas. El sindicalismo como figura, cómo surge la realidad de Panamá y lo que está pasando en la actualidad. A nuestro juicio, el sindicalismo es consecuencia de la revolución industrial.

– Hay un hecho histórico que determina el desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando el mercantilismo se convirtió en capitalismo, con el desarrollo de la revolución industrial, las capacidades productivas se incrementaron y, entonces, se estableció una distinción que va de la supresión de la esclavitud al trabajo subordinado.

– Obviamente, a través del capitalismo mejoraron paulatinamente las condiciones laborales, pero ese proceso fue doloroso y surgieron las protestas y los reclamos de un sector laboral que consideraba que las condiciones de trabajo debían mejorarse.

– Recordemos que al inicio de la revolución industrial se trabajaba más de 12 a 15 horas diarias. El maquinismo, el desarrollo de la tecnología permitió, al final, reducir ese periodo de tiempo y una de las reivindicaciones básicas del movimiento laboral era lograr el trabajo de ocho horas diarias.

– Ahí surgieron las organizaciones sociales que devinieron en el gran movimiento sindical, que comenzó en Europa.

– El manifiesto del partido comunista de Carlos Marx y Federico Engels, tiene una definición muy clara de lo que significó en ese periodo el desarrollo del capitalismo, porque dicen textualmente que, como nunca, se habían desarrollado las fuerzas productivas de la economía.

– Eso tiene un trasunto que es el desarrollo de la tecnología, la innovación, la aparición de los procesos en cadena y, sobre todo, el tema del motor a vapor que hizo que la actividad económica tuviera un impacto mayor y eso hizo que el desarrollo comenzara a permear lentamente en toda la sociedad.

– Si nosotros leemos la obra de Charles Dickens, nos damos cuenta que en el siglo XIX, Inglaterra era un país que tenía muchas dificultades de convivencia social.  

– El Támesis era un asco, está relatado. Todo el que vio la película Oliver Twist, ya somos pocos, nos damos cuenta de cómo se relata la vida en la Gran Bretaña de la época.

– Era la época victoriana, la reina victoria. Charles Dickens tiene un trabajo que si mal no recuerdo se llama historia de dos ciudades y comenzó señalando, si mi memoria no me es infiel, es un problema para los que estamos entre los 60 y la muerte. Dijo Charles Dickens que era el mejor de todos los tiempos y, a la vez, el peor.

– Era el momento de las ideas y el momento de la locura. Cada vez que uno lee esa introducción, que es un poco más larga, uno se da cuenta que esa expresión se puede adaptar prácticamente a la realidad que vivimos hoy. Convulsiones sociales, problemas de convivencia y demás.

– Pero el capitalismo demostró su superioridad en poco tiempo. Esa sociedad que era arcaica, con los vestigios del feudalismo, con problemas terribles, se convirtió en una sociedad vibrante. Se combatieron tremendamente las enfermedades y la sociedad pudo prosperar.

– Hay un libro que se llama Progreso, que recomiendo se lea. Es un libro fantástico que habla de esa historia. Al final, los sindicatos se convirtieron en expresión del reclamo, yo podría decir justo, de reivindicación de naturaleza social.

– Los sindicatos, originalmente, tenían expresiones destructivas, es decir, en vez de encauzar la relación de una manera, se destruían las máquinas como manera de protesta por las condiciones que estaban viviendo los trabajadores.

– Todo cambio epocal trae dificultades de adaptación y, obviamente, las sociedades son resultado de los seres humanos, de la imperfección de los seres humanos. Pero su crecimiento va determinando en la distancia de los años si el camino era el correcto y el camino del capitalismo, el liberalismo, de la libre empresa en sí, demostró ser el correcto.

– ¿Qué hicieron las sociedades en relación con los reclamos sociales? Legalizar la actividad sindical, legalizar los reclamos y hasta legalizar el derecho de los trabajadores a declararse en huelga, que antes era un delito.

– No quiero sumergirme en la historia, porque vamos a llegar al primero de mayo en Chicago y demás. Antes era un delito, esto se legaliza y se organiza para evitar un concepto que se llama huelga salvaje.

– Huelga salvaje implica que sin ningún tipo de requisito, sin ninguna acción de conciliación, sin ninguna fórmula previa de entendimiento, la huelga estalla como un hecho que a mi juicio tiene una connotación eminentemente política.

– Las legislaciones, en vez de ir por el camino de la libre contratación del derecho que tienen las personas a entenderse directamente, lo que hacen es establecer una estructura que se basa en la protección al trabajador con un concepto anticuado que hoy sería hiper protección.

– Es decir, esa legislación surgió en un contexto en que había analfabetismo, había poca educación, poca capacidad de entendimiento de la realidad del mundo.  El Estado se superpuso y dijo, ahora yo voy a proteger al sector más débil de la sociedad.

– Eso hoy no es así, porque la gente está más educada y demás y puede ser que suscita la necesidad de una protección, pero debe ser atenuada.

– Pongo un ejemplo: un jugador en una liga profesional. En béisbol hay un tipo que se llama Juan Soto, que gana 750 millones de dólares en un periodo, creo, que de 10 años. Él es un jugador y está afiliado a un sindicato que negocia convenios colectivos con Major League Béisbol.

– Soto está en las mismas condiciones que un dependiente de una tienda en Panamá para que tenga una protección similar. Yo digo que no, yo digo que no, pero si él jugara en Panamá y tuviera ese salario, la protección sería total y absolutamente similar. Él tiene capacidad para tener hasta mejores abogados de lo que puede tener la liga.

– Podría ser porque habría patrocinadores que lo ayudarían. Habría toda una serie de condicionamientos que le dan a él más oportunidades que a cualquiera y, sin embargo, en una legislación como la panameña la protección es igual para todos.

– El contexto de la realidad de Panamá, y nos vamos a sumergir en eso, tiene que ver con el Código de Trabajo de 1971, que declara que el sindicalismo es de interés nacional, es decir, se promueve el sindicalismo.

– El artículo 334 de esa legislación dice que el sindicalismo se construye con los objetivos de la promoción de los intereses económicos de los trabajadores, de la democracia y de la cultura popular. Esa es la definición de sindicalismo en nuestro Código.

– ¿Qué ocurrió cuando el gobierno militar otorgó este Código a los grupos de trabajadores, para tratar de ampliar la capacidad que tenía para conectar con un sector de la sociedad, en este caso las organizaciones obreras, que nacieron cooptadas por esa realidad política? Nada se movía sin la impronta del gobierno militar.

– En Panamá surgieron varias centrales de trabajadores o más bien continuaban algunas centrales históricas, pero bajo el amparo de la estructura jurídica del nuevo Código de Trabajo.

– Ese Código de Trabajo era riguroso.  Posteriormente sufrió varias reformas y la reforma más importante la hizo el gobierno de Ernesto Pérez Balladares.

– En ese momento había un sindicato histórico que era la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, un sindicato afiliado al Partido Comunista, una central, afiliada al Partido del Pueblo o Partido Comunista de Panamá.

– También existía la Central Istmeña de Trabajadores, que tenía conexión con la Democracia Cristiana y había una central más pequeña, que era la Central Auténtica de Trabajadores Independientes, que no tenía afiliación internacional y la CTRP que todavía existe, (la CATI no existe), es la Central de Trabajadores de la República de Panamá, que tenía conexión con los sindicatos de Estados Unidos.

– Después, con los años, surgió el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y este es un punto de inflexión.

– ¿Por qué? Porque el modelo siempre fue distinto al sindicalismo como concepto de reivindicaciones económicas. El modelo de este sindicato, que estaba manejado por el señor Eduardo Ríos, que fue su fundador, también tenía la intención de generar un brazo político.

– Cuando se dio la apertura democrática, él fundó un partido que se llamó Partido Independiente de la Clase Obrera, mejor conocido como PICO.