
Colaboración de la CEP
– Ante la situación de cierres de calles y carreteras, marchas y protestas en general, que vive la nación panameña, la Conferencia Episcopal Panameña (CEP), emitió un pronunciamiento ayer, 14 de mayo, el cual transcribimos a continuación:
– “Como Iglesia que camina con su pueblo, no podemos ser indiferentes ante el dolor y la incertidumbre que hoy atraviesa nuestra nación.
– Por eso, en medio de tensiones, desconfianza y desencuentros, hacemos un llamado urgente a la cordura, la sensatez y al verdadero amor por Panamá.
– Como pastores, reafirmamos que la Iglesia no es juez, sino puente; no es trinchera, sino mesa de encuentro; no es voz de poder, sino eco del Evangelio y de los más pobres.
– Invitamos a todos los sectores -gobierno, sociedad civil, gremios, juventudes, pueblos originarios, empresarios, comunidades de fe- a construir juntos espacios de encuentros que permitan reencontrar el rumbo de la nación.
– No es tiempo de imposiciones ni de indolencias. Es tiempo de diálogo con altura, de decisiones valientes, de renuncias generosas, de reformas que toquen lo estructural.
– Panamá necesita coherencia, justicia y dignidad. Necesita manos tendidas, no puños cerrados. Necesita hombres y mujeres de buena voluntad que amen a su país más que a sus propios intereses.
– Acompañamos a nuestro pueblo con la fe puesta en Cristo, que no vino a ser servido sino a servir. Como Iglesia, caminamos con ustedes, escuchamos con ustedes, sufrimos y soñamos con ustedes. Esa es nuestra vocación.
– Como pastores, asumimos las palabras del Papa León XIV dirigidas a los fieles orientales, a quienes dijo: “Quien más que ustedes pueden cantar palabras de esperanza en el abismo de la violencia”; “los pueblos quieren la paz, y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsable de los pueblos ¡encontrémonos!, dialoguemos, negociemos”; “porque pasará a la historia quien siembra la paz y no quien cosechará víctimas, porque los otros no son ante todo enemigos, sino seres humanos, personas con las que hablar”.
– Invitamos a nuestras comunidades a intensificar la oración por Panamá, a ser signos vivos del Reino de Dios en medio de la crisis.
– Que Santa María la Antigua, madre del pueblo panameño, nos cubra con su manto, nos inspire sabiduría y nos guíe por los caminos de la verdad, la justicia y la reconciliación”.
– El pronunciamiento fue firmado por monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, y los obispos Edgardo Cedeño Muñoz, Luis Enrique Saldaña Guerra, Rafael Valdivieso Miranda, Manuel Ochogavía Barahona, Audilio Aguilar Aguilar, Aníbal Saldaña Santamaría, Pedro Hernández Cantarero, José Luis Cardenal Lacunza, y Oscar Mario Brown.
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