
Redacción Revista LEA
– Ayer tuvimos la celebración del Domingo de Ramos, o la entrada de Jesús a Jerusalén, según las escrituras del cristianismo, hoy, Lunes Santo, proseguimos con las conmemoraciones de la Semana Mayor, un periodo de alegrías, reflexiones y tristezas por la muerte de nuestro redentor.
– Los templos cristianos llevan adelante una serie de actividades religiosas, a través de la cuales se hace docencia de lo acontecido entre la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, hasta su fallecimiento el viernes, conocido como el Viernes Santo.
– A nivel de la feligresía aún persisten tradiciones vinculadas a las creencias religiosas, a la gastronomía, a la actividad laboral, al vestuario, a las relaciones de familia y sociales, y hasta en la limpieza del hogar.
– Por ejemplo, los creyentes cristianos, debían asistir a las diferentes celebraciones de su parroquia, tanto a escuchar las enseñanzas del cura, como asistir al viacrucis, procesiones, visitar al Santísimo y demás actividades de estas fechas.
– En gastronomía, se acostumbraba comer mariscos, preferiblemente, y por esos días no consumir las carnes rojas. También era la época en que los postres se preparaban a base de frutas como el marañón, guayaba, marañón curazao, naranja, guineos, plátanos, mango, papaya, maíz (panecitos) y mezcla de tubérculos, entre estos yuca, otoe, ñame y ñampí.

– Respecto a la parte laboral, al menos en Panamá, media jornada del Jueves Santo y el día completo del Viernes Santo, eran feriados (Todavía está en vigencia el día feriado). Antiguamente, en el campo, prácticamente toda la semana era libre.
– Sobre el color de los vestuarios, generalmente eran tonos tenues, así como negro, blanco, azul, chocolate y modelos sin escotes, especialmente si tomaban parte en oficios religiosos. Algunos espectadores no se ceñían a aquellas tradiciones centenarias.
– En cuanto a la familia, el ideal era que asistiera a estas conmemoraciones en unidad. Entre la sociedad, se acostumbraba intercambiar comidas y postres, se les visitaba, conversaban y escuchaban música, pero sin ruido altisonante.
– Otra de esas tradiciones era el de hacer sahumerio, el Viernes Santo, como una forma de limpiar y purificar las viviendas, especialmente de la energía negativa. Para ello se utilizaba la canela, eucalipto, lavanda, ruda, manzanilla, mena, sábila, romero, entre otros.
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